Starting a School Library that Actually Works

(Versión en Español abajo)

 

“Why do we read?”

In the small, aluminum-roofed classroom, seven pencils scribbled. Chairs scraped on the concrete floor. A fan spun lazily in the corner, ruffling pages. On each desk sat a shiny children’s book, carefully selected from the new library.

“Don’t write directly on top of the books – it can leave imprints,” cautioned the teacher.

Seven primary-school teachers shifted in their child-sized desks, settling in for an intense day of library training.

In a community without easy access to children’s literature, bringing hundreds of brand new, culturally-relevant books to a public primary school can have a huge impact. For the Adrian Mejia school in El Progreso, Honduras, however, it was only the first step to starting their library.

The day before the library inauguration, the Adrian Mejia school’s seven-teacher team showed up for their final training session, led by educate.’s partner organisation, Chispa Project. Tomorrow would represent the culmination of months of work to prepare the library, which had entailed everything from designing and planning the space to painting murals on the walls, assembling shelves, sorting and labeling books and compiling an inventory.

Chispa Project, whose name translates to ‘spark,’ worked extensively with the library committee at Adrian Mejia, made up of teachers, parents, and community members. The committee made crucial decisions about the library’s design, who would access it, and how to incorporate it into the school’s daily activities. The final day before the inauguration was devoted to making sure teachers felt prepared and confident using it.

The workshop, led by Chispa director Sara Burkes, was packed with content – and laughs. As every educator knows, teacher trainings often struggle to capture an audience’s attention, especially for eight hours in 30-plus heat.

To compensate, Burkes delivered a master class in making literature fun. Teachers practiced reading aloud (three fingers behind the book, two in front), experimented with reader’s theater (see the video above), and created their own illustrations after listening to a story read aloud. Burkes conducted a lively group reading of a wordless book (Chalk, by Bill Thompson – highly recommended for all ages), and each teacher illustrated their own alternative ending. (The instruction to “fold your pages hot-dog style” was a bit confusing until one teacher suggested baleada-style).

It’s impossible to overstate the importance of Chispa’s emphasis on training and collaborating with teachers. Here are what we consider to be the key reasons for this focus on teacher training:

  1. Teachers are trained in the skills necessary to use books effectively in the classroom, as for many the library is an entirely new resource.
  2. Teachers gain the necessary knowledge on the library setup and system in order to guide the library’s most important visitors: the children.
  3. Teachers learn how to use books to suit different learning styles.
  4. Teachers are given ideas of ways to use books creatively and in different forms – not just for solitary reading but also for theatre, art, and much, much more!
  5. Teachers are reminded that reading is not simply about acquiring information, but a way to enhance imagination, creativity and critical thinking skills.

The day after the teacher training, all 318 students and many of their parents showed up for the inauguration. Adrian Mejía is usually split into morning and afternoon groups, but for the inauguration both groups came in the morning, leaving the classrooms packed to bursting. Students spent the day traveling around stations and getting stamps in their “passport” as they complete each activity.

Now, each class (from grades 1 through 6) has class in the library once a week, and each student can check out one book to keep in their classroom and read for the next week. Armed with their new library skills and knowledge, the Adrian Mejía teachers are fully equipped to make the most of these books in their classrooms and to truly maximize the effectiveness of this educate.-sponsored project!


 

“Porque leemos?”

En la pequeña aula techada de aluminio, siete lápices garabateaban. Las sillas raspaban en el suelo de concreto. En el rincón, un ventilador giraba lentamente, haciendo ondular las páginas. Encima de cada mesita brillaba un libro, escogido con esmero de la nueva biblioteca.

“No escriban encima de los libros – los puede manchar,” advirtió la maestra.

Siete maestros de primaria se acomodaron en los pupitres chiquitos, preparándose para un dia intenso de entrenamiento de la biblioteca.

En una comunidad que carece de acceso fácil a literatura para niños, traer cientos de libros nuevecitos  a una escuela pública puede tener un impacto enorme. Sin embargo, para la escuela Adrián Mejía en El Progreso, Honduras, era solo el primer paso al iniciar su biblioteca.

El dia antes de la inauguración de la biblioteca, el equipo de siete maestros llegaron para su última capacitación, dirigido por la organización Proyecto Chispa, colaboradora de educate.. El dia de mañana representaría la culminación de varios meses de trabajo para preparar la biblioteca, lo cual había consistido en diseñar y planear el espacio, pintar murales, montar estantes, clasificar y etiquetar libros, y recopilar un inventario.

Proyecto Chispa trabajó extensamente con el comité de la biblioteca, lo que consta de maestros, padres de familia, y miembros de la comunidad. El comité hizo decisiones cruciales sobre el diseño de la biblioteca, quien lo accedería, y como se incorporaría en las actividades diarias de la escuela. Reservaron el penultimo dia de la inauguración para asegurar que los maestros se sintieron preparados para utilizarlo.

La capacitación, liderada por la directora de Chispa, Sara Burkes, era colmada de contenido – y de risa. Como sabrá cada educador, las capacitaciones no siempre son muy fascinantes, particularmente si duran ocho horas y si la temperatura supera a los 30 grados.

Para compensar, Burkes dio una lección magistral sobre cómo hacer la literatura más divertida. Los maestros practicaron la lectura en voz alta (tres dedos por detrás del libro, dos en frente), experimentaron con el teatro de lectores (ver más en el video arriba), y crearon sus propias ilustraciones después de escuchar un cuento leído en voz alta. Burkes dirigió una animada lectura en grupo de un libro sin texto (Chalk, por Bill Thompson – muy recomendado para todas las edades), y cada maestro ilustró su propio fin alternativo. (La instrucción de “doblar las páginas al estilo hot-dog” resultó un poco confuso hasta que uno de los maestros sugirió el estilo baleada).

Es imposible exagerar la importancia del énfasis que Chispa hace en entrenar y colaborar con maestros. Aquí son las razones que consideramos las más importantes por este enfoque:

  1. Los maestros reciben entrenamiento en las técnicas necesarias para utilizar los libros eficazmente en el aula, ya que para muchos la biblioteca es un recurso completamente nuevo.
  2. Los maestro adquieren el conocimiento de la instalación y organización de la biblioteca para que pueden guiar los visitantes más importantes: los niños.
  3. Los maestros aprenden cómo utilizar libros para adaptar a distintos estilos de aprendizaje.
  4. Se les proporciona ideas de cómo utilizar los libros de maneras creativas y distintas – no solamente para leer a solas, sino también para teatro, arte, y muchísimo más.
  5. Les hace acordar que la lectura no solo se trata de adquirir información, sino también una forma de fomentar la imaginación, la creatividad, y el pensamiento crítico.

El día siguiente a la capacitación, todos los 318 estudiantes y muchos padres de familia llegaron a la escuela para la inauguración. La escuela Adrian Mejia normalmente se divide en dos grupos, con los estudiantes menores en la mañana y los mayores en la tarde, pero hoy todos vinieron en la mañana para celebrar la inauguración, dejando las aulas abarrotadas de niños. Los estudiantes pasaron el dia viajando por varias estaciones y obteniendo sellos en sus “pasaportes” al completar cada actividad.

Ahora, cada clase (del primero hasta sexto) tiene clases en la biblioteca una vez a la semana, y cada estudiante puede sacar un libro para guardar en su aula y leer por una semana. Armados con sus nuevas técnicas y conocimientos, los maestros de Adrián Mejía están equipados para aprovechar de los libros y maximizar la eficacia de este proyecto patrocinado por educate.!

 

 

 

 

 

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